El día 2 de diciembre, Creativitat, una tienda online de todo tipo de materiales y productos para manualidades varias, organizó un mercado y talleres a favor de la Marató de TV3, que este año está dedicada al cáncer. Me enteré de casualidad con una semana de antelación y quise apuntarme. Me lo confirmaron estando en la feria de Barcelona. Así que imaginad la semana que tuve de preparar cositas, con tan poco tiempo, una locura.
Preparé unos cuantos modelos de galletas decoradas (hacía tiempo que no me ponía con tantas galletas) y estrené algunos cortadores que compré en la feria, como el del pastel de boda, que hice en 3 colores. Aun me quedan unos cuantos por estrenar, es que había tantos que costaba aguantarse.
De las que no se ven, había mariposas, copos de nieve, y algunas galletas para colgar del árbol de Navidad. También hice un corazón sobre el evento, que regalé a Mónica, la propietaria de la tienda organizadora. Traducido pone "Creativitart con la Marató de TV3: talleres i mercado handmade", resaltado con purpurina.
Como no tenía mucho tiempo y tenía las flores del curso de Atelier Sucreme, utilicé la peonía abierta combinando en los dos pisos el rosa con fondant de chocolate de Satinice. Buscando blonda de los colores del pastel sin éxito, acabé tiñiendo la que tenía blanca con el colorante comestible dusty pink. No las tenía todas conmigo, pero la verdad es que quedó la mar de bien. La mujer de la pequeña mercería de al lado de mi trabajo me dijo una vez que si quería oscurecer la puntilla la sumergiera en té, me pareció muy buena idea.
Compré un stand de cupcakes en la tienda Casa. Sí, lo sé, no hay armonía de colores, cosa que tanto me gusta, quedó un stand multicolor, pero costaba decidirse por cuál estaría más rico.
La receta de la masa de los de zanahoria me la dió mi jefa, y en casa nos ha gustado mucho. Además duran bastantes días tiernos. Casi desbancan a los de lima y mango que tanto me gustan.
Fue un día de muchísimo frío y viento helado. Poca gente se atrevió a salir a pasear, con razón. Pero conocí a personas que hacen unas cosas estupendas y preciosas, y volví a casa con un medallón precioso. Y mis hijas hicieron un taller de decoración de un abeto: pintaron y utilizaron unas cuantas troqueladoras para formar los adornos en forma de copo de nieve, arbolito, corazón,... Menudo vicio esto de las troqueladoras, tengo la casa llena de papelitos. Y colaboramos aportando una pequeñísima parte de todo lo que se recauda en la Marató, pero todo suma. Es un gran evento de colaboración ciudadana sin compraración.
Despido este post con el mensaje de la galleta, que ya tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina:
¡Hasta la próxima!
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