Cristina contactó conmigo para el cumpleaños de su hijo Alejandro. El año pasado hice para él un pastel de Pocoyó. Este año me dijo que le gustaba mucho el cuento de Los tres cerditos y el lobo, y eso hicimos para celebrar sus tres añitos.
Tenía muy pocos días para preparar los modelados, había pensado hacer algo 2D, pero buscando por Internet encontré un pastel con esta idea de la casita y los tres cerditos asomando. Me pareció muy gracioso, además solucionaba un poco mi problema de tiempo. La casita es de porexpan forrada, y utilicé un cortador pequeño de pétalo de rosa para hacer las tejas. El efecto "ladrillo" está hecho con un texturizador.
Además, estos cerditos son exactamente los que yo tenía en un cuento de pequeña, con sus gorritos. El lobo ha quedado con aspecto algo cansado, ja ja ja, mirando desde abajo como pensando: "yo ahí arriba paso de subir a soplar después de haber derribado la casa de paja y la de madera".
Por fin estrené el cortador/texturizador que compre a Cupcakesadiario de la flor del cerezo. Aunque la hice más bien a la inversa, ya que quería hacer todas las flores rojas (qué bonito este rojo), y le apliqué sombra blanca en el centro. Una flor preciosa, me encanta, además de por los ramilletes blancos que forma tan bonitos, porque siempre anuncia la llegada de la primavera. Tengo algún otro aún por estrenar, y es que lo de las flores es por impulso, no por necesidad, a ver cuando busco algo de tiempo.
En esta foto de detalle de la flor se aprecia algo el sombreado verde que apliqué por la base y el pastel, en la foto completa no se vé demasiado. Son varios tonos de verde y marrón, y algo de blanco para difuminar. Me gustan estos efectos aplicados sobre fondant blanco, cambia mucho el aspecto.
Pude ver la carita del peque cuando vió el pastel (por cierto, un niño guapísimo), estaba encantado. Eso es lo que más me gusta de hacer estos pasteles, esas caritas de alegría y sorpresa.
Ya estamos a las puertas de Navidad, como vuela el tiempo, así que aprovecho para felicitaros a todos las fiestas, y recordad lo que dijo Charles Chaplin, "Un día sin reir es un día perdido". Así que ya sabéis, buscad cada día un motivo para reir, ya sea con la familia, los amigos o simplemente recordando ese momento del pasado que siempre os hace sonreir.
Yo para variar aún no tengo nada preparado para Navidad, uf, no hay manera, cada año me acaban volando los días.
Nada más, espero que os haya gustado y ¡hasta la próxima!
3 comentarios:
Que maravilla de tarta.......si ve mi sobrina estas fotos es capaz de intentar cogerla.
Besitos.
Muchas gracias, un beso
Madre mia !! vaya mano que tienes, te ha quedado perfecta, maravillosa, espectacular, me has dejado con la boca abierta, me imagino que igual que el peque.
Besos
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