Dolors quería una tarta especial para el cumpleaños de su hijo Pablo. Siempre le han gustado las aventuras de Tintín, así que me preguntó si podía ser, y que además fuera de chocolate blanco.
Pensando en como decorar la tarta con la premisa de la cobertura blanca (que me da cierto respeto), y buscando imágenes de Tintín, encontré una del libro "El Templo del Sol", en una escena donde van por las montañas nevadas en busca del templo, con su túnica de colores, mirando sorprendido hacia arriba. Esta, pensé, es ideal por la nieve, así que me puse manos a la obra.
Es mi segundo modelado, y mi primera figura humana, así que a pesar de que las formas de este personaje no son difíciles, me ha costado bastante. Mis hijas se reían de ver la cabeza por un lado, los brazos po otro, era como el museo de los horrores. Pero estoy contenta con el resultado.
¿Pero por qué estará tan sorprendido Tintín?
Ah, porque ha descubierto que es el cumpleaños de Pablo y que cumple 23 años ya. Me gusta mucho como quedan las galletas con glasa negra, y está tan rica...
Y aquí tenemos a su inseparable amigo, Milú, hecho de fondant. Después de hacer a su dueño, el perrito me pareció fácil.
Espero que os haya gustado, ¡hasta la próxima entrada!
2 comentarios:
Patri, acabo de flipar, te ha quedado acojonante
Muchas gracias Mónica. Suerte que conseguí pasta de goma SPF, porque con la otra quedaba bastante peor.
No me atreví a pintar al final, después de trasnochar dos días como para arriesgarme a estropearlo.
Publicar un comentario